domingo, 20 de julio de 2008

Crucero por fiordos Noruegos

12/07/08 Amsterdam/Copenhague

A las tres de la madrugada era la hora acordada para levantarnos, vestirnos y desayunar rápido, porque a las seis salia el avion, y necesitábamos estar a las cuatro y media en el aeropueto de El Prat para facturar y sacar la tarjeta de embarque, lo que obligaba a levantarnos a hora tan temprana. Paco y Julita llegaron ayer por la tarde, dejaron el equipaje en casa y aparcamos el coche en la plaza de parking de Cristina. Despues de cenar en casa de mi hija Merce, no nos entretuvimos demasiado y, aun así solo pudimos descansar tres horas. Con el mismo coche en el que habian venido desde Betxi cargamos de nuevo sus maletas y las nuestras y partimos hacia el aeropuerto con la intencion de dejar alli el coche hasta el regreso. Por supuesto, yo me llevaba el ordenador portatil para descargar diariamente la tarjeta de la camara digital, en prevision de tener salvadas todas las fotografias, poder borrar las tarjetas cuando estuvieran llenas, y asegurar perder lo minimo en caso de que fallaran éstas.

Tanto el vuelo Barcelona-Amsterdam como el de Amsterdam-Copenhague, transcurrió como esaba previsto, sin el menor incidente, y en Copenhague contactamos con MSC para contratar el traslado nuestro y el del equipaje desde el aeropuerto al puerto, donde estaba atracado el barco MSC Lirica, en el que iniciabamos el crucero. Puesto que volvíamos a este mismo puerto al final del crucero, dejamos ese dia para visitar la ciudad, así que al llegar a Copenhague nos dirigimos directamente a embarcarnos.

Nos registramos en el muelle, en los departamentos al efecto, nos dieron la tarjeta personal que nos permitiria hacer todos los pagos dentro del barco (consumiciones, excusiones, compras, etc), así como llevar el control de entradas y salidas del barco, y con ella nos identificaban dentro del barco. Al final del viaje, el importe total acumulado en esta tarjeta magnética (carta magnetica) se cargaría en nuestra tarjeta bancaria que acabábamos de facilitar en el checking. Tras aposentarnos en nuestros camarotes y visitarlos mutuamente, Paco y Julita el nuestro, y nosotros el de ellos, acudimos a comer al buffet libre del puente once (piso 11). Nuestro camarote estaba en el puente nueve (noveno piso), tenía ventana exterior, novedad en este crucero, pues en los anteriores cruceros contratamos camarotes interiores. La ventaja principal es que daba a la habitacion mayor luz natural y posibilidad de apreciar la vision al exterior. La cena siempre se hace en el restaurante y número de mesa que nos han adjudicado, e intentaremos que los desayunos y comidas, si lo permite el horario de las excursiones, tambien podamos utilizar el restaurante, a la carta y con servicio de camareros, preferentemente a la utilizacion de los buffettes, ya que disfrutamos de ese modo la especial atencion personal y de la calidad de los alimentos con platos más cuidados. La tarde la dedicamos a pasear por el barco para familiarizarnos con él y de los multiples servicios que se nos ofrece: gimnasio, salones de belleza y masaje, restaurantes, teatro, casino, cafes, salones de entretenimiento y de copas, tiendas, atencion al cliente, piscinas y yacusis, solariums en cubierta, etc. Vimos la salida del barco del puerto de Copenhague, espectaculo precioso que repetiremos ver y disfrutar en cada salida de puerto, que suele ser sobre las seis de la tarde, ya que el barco suele navegar por la noche y atracar por las mañanas para apovechar el dia para bajar a tierra y visitar los lugares de escala, bien con las excursiones que proporciona la compañia o de manera particular, si no queremos pagar el servicio o la queremos hacer nosotros mismos. Si es visita a la ciudad, es una opcion muy valida, pero si se quiere visitar un lugar o conjunto de localidades o paisajes naturales, sobre todo si son lugares alejados, es mejor dejarse llevar por estos viajes ya organizados y programados desde el punto de vista cultural, social, histórico, gastronomico, y de plena vivencia de la naturaleza. Durante la cena en el restaurante pudimos apreciar la diferencia en atencion y calidad en comparacion con el buffet del mediodía. Son pequeños detalles que no pasan inadvertidos, como que el camarero te retire la silla para que te sientes, te ponga la servilleta sobre las rodillas, y que esté pendiente continuamente del vino o de los cambios de cubiertos y entrega de los diferenes platos soliciados, y siempre con plena disponibilidad.

Después de las comidas siempre acostumbramos tomar el café en cualquiera de los salones disponibles al efecto, antes de hacer la siesta o emprender cualquier actividad programada por nosotros o por el barco. Hoy nos retiramos a descansar un poco al camarote, porque a las seis nos daban una charla a los de habla hispana sobre la vida en el barco estos dias, y de seguido subimos a cubierta a ver la salida del pueto del buque que son todo un espectaculo, como ya he comentado más arriba. Completado el dia de actividades, nos arreglamos para el teatro, un espectaculo musical y de variedades de mucha calidad que se hace cada día; hoy versado sobre musica francesa y malabaristas, y a las nueve, en el segundo turno de cena, nos dirigimos al restaurante en nuestro primer dia. Compartimos mesa con un matrimonio madrileño con el que nos hemos ido llevando muy amigablemene, informático él tambien.

El esto de la noche transcurre entre audiciones, shows y recorridos por los pisos donde se concentran animaciones, juegos, paseos y los úlimos bocados antes de ir a dormir, cuando el cansancio nos va rindiendo poco a poco.

En las fotos, en espera en el aeropuerto de Amsterdam, subiendo al barco, y en cubierta