martes, 1 de julio de 2008

Celebracion 60 aniversario



















22/06/08 -(3)-

A partir de las ocho de la mañana, conforme nos íbamos levantando, subíamos a la cocina a prepararnos el desayuno. Habia bolleria, galletas, cacaolat, rosquilletas, leche y nescafe. En fin, para todos los gustos. Con mi mujer y Pepa, nos acercamos a la Iglesia parroquial de S. Miguel Arcangel (S. XVI), que aprovechamos que estaba abierta, para admirarla por dentro y hacer algunas fotos, los frescos son del S. XVIII y XIX. Estaban en obras, pero no por ello dejamos de apreciar su encanto, aunque desde el exterior, al estar muy metida entre las casas, no lucía el verla al completo en prespectiva, y la torre y la bobeda solo se observaban desde ciertos angulos y en parte. De vuelta a casa, y cuando todos estuvimos preparados, salimos a la plaza, único lugar con cobertura, ademas de lo alto de la casa, para esperar a Laura que venia con su novio en moto y, luego, todos juntos, ir hacia Morella, hasta la hora de comer que volveriamos a Traiguera, al restaurante en la casa "Els capellans" (1570). Dado que Laura aún estaba por Peñiscola, y para aprovechar el tiempo, quedamos en encontrarnos ya en Morella, de ese modo nosotros íbamos haciendo camino. Subimos a los coches y partimos hacia Morella, en pleno Maestrazgo.
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Yo no conocia Morella, ciudad amurallada en lo alto de un peñasco, con sus torres como puertas de entrada y sus callejas con edificios típicos de la zona, casas con sus típicos porticos y balcones. Visita libre a la ciudad, así que Pepa y nosotros intentamos subir al castillo y al monasterio, bastante derruidos, pero con mantenimiento suficiente para que los visitantes aprecien dichas construcciones medievales. Nosotros con contentamos con visitar la Iglesia arciprestal de Santa Maria, que está al pié de la entrada al monasterio, construida entre los siglos XIII y XVI en estilos gótico y renacimiento, suntuosa, con un retablo barroco y rico, me gustó las escaleras de caracol de los púlpitos, las bóvedas, y me encantó escuchar el órgano potente y majestuoso, mientras se celebra la santa Misa, y al paso vimos tambien el convento de San francisco. Los demas del grupo se esparcieron por la ciudad, buscando sus preferencias. El novio de laura regresó con su moto y ella siguió con nosotros el resto del día.
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De bajada aprovechamos para ir de tiendas, era domingo y por las mañanas es dia de mercadillo, y las tiendas estaban abiertas para los visitantes, vendiendo sus productos típicos, incluidas las famosas mantas morellanas. Compramos dulces del lugar, como los flaons y otros no dulces, como empanadillas, cecina, longaniza seca, queso relleno de trufa, y aceite, tanto de olivos milenarios, como el del lugar, mezca de diversos tipos de olivos con un aroma especial.
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De regreso hacia las murallas, acudiendo a una de las numerosas puertas que la rodean y por la que habíamos entrado llegando desde la carretera, nos fuimos concentrado cargados con nuestros recuerdos vistos y comprados. Una nueva foto juntos, esta vez al pié de la muralla, y a los coches otra vez camino del restaurante, que ya era hora de comer y el sol pegaba de lleno.
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Ya en Traigueras, nos dirigimos al Real Santuario de la Virgen de la Salud , es el monumento mas emblemático de la poblacion, vestigio de la orden de Montesa y Hospitalarios. En el lugar donde se aparecio la Virgen a unos pastores, se contruyo en el S. XVI un complejo que consta de la Hospederia, la casa de els Capellans, que ahora es un restaurante, y el Palau del duc Alfons d'Aragó.
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El entorno refleja la paz, el encanto y el sosiego que buscaban las gentes que construyeron el complejo, y las fotos tomadas del lugar quedaron impregnadas de ese halo. Ya en el restaurante nos sirvieron una serie de platos de entrantes de diseño para compartir, y despues cada uno eligió un plato de la carta. Todo ello regado con un vino excelente y adobado con aceite local. Una excelente y exquista celebracion para mi 60 cumpleaños, conservada con numerosas fotos y vivencias, rodeado de mi familia, y que terminó con una foto sosteniendo la cuenta de la comida.
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El regreso a "El Trull", en Canet Lo Roig, no exigía prisas, la última etapa era recoger los bultos, recoger la casa y dejarla tal como la habíamos encontrado, y con la postrera revista de añoranza, empezaron las despedidas desde la que cada familia subió a su coche y volvió a su casa.
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Mi recuerdo, mi agradecimiento y mi mayor emocion por esta acogida tan sigular hacia mí. A mi mujer (Mime), a mis hijos (Mercé y Jesus), a mi yerno (Roman) y a mi nuera (Montse), a mis hermanas (Amparin y Pili), a mis cuñados/a (Pepa, Carlos y Javier), a mis sobrinos/as (Laura, Patricia, Victor y David) y sus parejas. Y dejo para el final, no porque no estuvieran sino porque no los vimos, a los que vivieron conmigo desde muy pequeño sin separarnos, pero que el tiempo les obligó a dejarme solo: Mi yaya Carmen (hoy tendria 118 años), mis padres Jesus y Amparo (hoy con 90 y 92 respectivamente), y mi hermano Vicente( con 58 años). Cómo no hubieran acudido hoy para seguir juntos?
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Os dejo recordando la nostalgica despedida en este vídeo.