lunes, 8 de junio de 2009

De unas y otras cosas

Fué en una reciente conversacion con mi herman pequeña, hace pocos dias. Me sorprendio su tendencia a sumar los digitos de las matriculas de coche que veía. Y me sorprendió porque yo tambien tengo esa tendencia, aunque difiere un poco a la de ella. Ya en mi infancia, asomados mi hermano y yo en el balcon de nuestra casa de la Avenida del puerto, 15, intentábamos adivinar el color del coche que veríamos aparecer por la calzada central, cuando aun estaban las cunetas a ambos lados bordeadas por los grandes plataneros. Por aquella época, en los años cincuenta, habia muy pocos automóviles y pasaban con muy poca frecuencia, lo que daba tiempo a pronunciarse por un color y esperar a que pasara uno de esas características. El tráfico fué aumentando y el juego se perdió en el olvido. Con mi costumbre de leer todo lo que veía por la calle, rotulos, anuncios, nombres de calles, etc, tambien comencé a fijarme en las matriculas de los coches y por inercia me inventé un juego. Sumaba los digitos de la matricula y del resultado final volvia a sumar sus cifras hasta reducirlo a un solo dígito. Ese dígito lo iba diviciendo por dos (si era divisible por dos) hassta dejarlo en numero primo de una sola cifra. Las matriculas "ganadoras" eran aquellas que se reducian en su última cifra a uno, despreciando los resultados de numeros primos superiores: 3, 5, 7 ó 9.

Bien. Hasta ahí el juego. Juego de niños del que todavía me dejo seducir, cuando veo los coches fijandome inmediatamente en su matricula, y por eso me sorprendió el comentario de mi hermana ante esa costumbre tan "rara". Pensaba yo.