lunes, 23 de febrero de 2009

Del trabajo, 1


Cuando me quedé sin trabajo, viviendo aun en Valencia, aún no hacia los dos años de casado, empezé a lanzar curriculums y a correr la voz entre conocidos y familiares para buscar trabajo. La voz llegó a Barcelona por medio de mi cuñado Carmelo, y éste se lo comunicó a su padre que trabajaba en las Aduanas. La casualidad hizo que por aquellos dias el despachante la consignataria WITTY S.A., con motivo de que uno de sus armadores representados ampliaba su trafico con buques portacontainers, buscase personal para ocuparse de las nuevas tareas que ello suponía, llegó a oidos del padre de mi cuñado, el cual, sabedor de mi necesidad, le ofreció mi candidatura. Este despachante era Antonio Cortés, el cual comunicó a gerencia mi oferta y me llamaron para una entrevista.
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Dos viajes hice a Barcelona hasta que me comunicaron por teléfono que podia presentarme a trabajar. Era Julio del año 1977, y marché solo, quedandome en casa de mis cuñados (ella era la hermana de mi mujer que recientemente se habia casado y trasladado a Barcelona), hasta que me confirmaran si me aceptaban o no definitivamente, y en caso de que me aceptaran, traería a mi familia, mi mujer y mi hija mayor, que aun no tenia los dos años.
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En agosto, mas o menos, con la seguridad de que que quedaba en la empresa, en pricipio ayudando a Antonio hasta que regresara de la mili su ayudante, vino mi mujer y mi hija y empezamos a buscar piso en Barcelona, pero eso ya es otra historia que merece capitulo aparte.
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Pues bien, unos años más tarde, ahora en febrero de 2009, Antonio se jubila y le recuerdo como el que me trajo a Barcelona a vivir, a trabajar y comenzar una nueva etapa de mi vida.
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Acompaño una foto de la despedida.