viernes, 10 de abril de 2009

La pascua, la mona y el cachirulo

Recuerdo la Semana Santa como dias de recogimiento, silencio (mi yaya no nos dejaba ni cantar), donde los cines cerraban el Jueves y Viernes Santo, la radio emitia música sacra y retransmitia los oficios desde alguna iglesia, y mi yaya no se perdia el sermon de las siete palabras el Viernes Santo, desde la radio. No éramos aficionados a las procesiones, pero mi padre nos llevaba al desfile del dia de resureccion el domingo de Pascua. En la época del seminario la Semana Santa la dedicaba completamente a los oficios propios en mi parroquia. Cuando yo era pequeño, era fiesta el lunes y el martes por la tarde, posteriormente se quedó solo el lunes. El siguiente lunes de pascua tambiene es festivo (la pascua de San Vicente) porque se celebra el dia del santo patron de Valencia.

El domingo y el lunes de pascua, salíamos a merendar , era una merianda-cena a base de lomo y embutidos con habas, nos comiamos la "mona", bolleria con un huevo duro en el centro, pintado de color, y adornada de dulces, o el "panquemao"; nos rompíamos el huevo duro en la frente unos a otros, bailabamos la "tarara" y, no podia faltar bien en el cauce del rio Turia, o en la playa (donde más corria el aire), que empinábamos el "catxirulo" (la cometa), tipico en estas fechas. El cielo se cubría de cachirulos y la tierra de padres e hijos estirando del hilo. El señor Baraja, de la peluqueria de bajo de casa, nos hizo a mi hermano y a mí un catxirulo a cada uno con cañas y carteles. El mio era un cartel de toros, Baraja era muy aficionado a los toros, y el de mi hermano Vicente estaba hecho de un cartel de cine, de Charlot me parece recordar. Mi padre de encargaba de abastecernos de suficiente cola hecha con trozos de trapos anudados para equilibrar el vuelo, y compraba bobinas de hilo ("fil de palomar"), tanto que siempre el nuestro era el que más alto volaba. Siempre eramos nosotros los que sosteniamos el cometa por la cola y mi padre tiraba corriendo hasta hacerlo volar, dando o quitando hilo.

Mientras vivimos en Valencia mantuvimos esta tradicion. Cuando en sucesivos años hemos pasado las pascuas en nuestra tierra, revivimos con nostalgia esta tradicion que todavía perdura.